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Whiskas

El mundo en el que vivimos actualmente es claro y contundente: estamos rodeados de estímulos que atacan nuestros sentidos por todos los flancos.

Vamos andando por la calle, paseando tranquilamente paseando a nuestro perro Whiskas, un pastor alemán joven pero tranquilo, y de pronto algo llama tu atención. Miras a la derecha y encuentras una pintura que está siendo borrada por un joven acompañado de un simpático agente de seguridad ciudadana que, al parecer, le ha pillado con las manos en la masa realizando un acto ilegal. Continuas tu camino pues es una situación en la que no crees necesario intervenir hasta que, de pronto, una gran valla luminosa publicitaria te da en las narices con una imagen que te recuerda mucho a la pintura que has visto anteriormente, solo que en aquella ocasión eran simpáticas calaveras las que componían el lienzo y esta vez son simpáticas jovencitas con poca ropa, y es cuando te paras a pensar que hace un mes viajaste a Madrid y al entrar a un museo en el día que guardaste para realizar una visita cultural a esa bonita ciudad encontraste un cuadro de un famoso pintor que pudiera recordarte mucho a las dos imágenes con las que te has topado en esa fría tarde de invierno. Todo esto sucedió mientras Whiskas, tu perro, intentaba ir de farola en farola, pero ibas tan absorto en tus pensamientos que tendras que sacar otra vez al pobre animal.

La noche estrellada de Vincent van Gogh

Observamos que el contenido que genera un medio de comunicación esta destinado a atraer a una masa social de consumidores que se sientan identificados o se puedan adaptar fácilmente a los estímulos que les llegan desde los propios medios. Es por tanto, que la necesidad de incluir imágenes evocadoras de ideas y sensaciones familiares para estas personas es primordial en su meta como empresa audiovisual.

La publicidad, por ejemplo, es experta en adaptar imágenes para favorecer su crecimiento en la mente de los consumidores pasivos de dichos anuncios. Gordon Bower es un psicólogo que estudia la naturaleza de nuestra memoria y cómo las emociones modulan los recuerdos, y es en parte a esto a lo que se agarran las grandes productoras y las no tan grandes a la hora de realizar sus trabajos audiovisuales, a la importancia de los sentimientos que hayan podido producir en la sociedad de masas una música, una pintura o un personaje real o ficticio, y así, crear un mayor impacto en el consumidor.

Dunkerque (2017) Dunkirk (original title)

Uno de los ejemplos más claros es la aparición de grandes obras de arte en las películas. Partiendo de la base de que la composición de la imagen es primordial a la hora de darle la fuerza y el sentimiento necesario a la imagen, si sabemos a ciencia cierta (y así es) que una obra de arte ha llegado a ser tal cosa p

orque anteriormente ha producido una reacción en una masa de gente que ha disfrutado, dialogado, sentido o llorado con esa obra, tendremos el 80% del trabajo hecho si la incluimos en nuestra producción audiovisual, con lo que conseguiremos evocar en nuestro espectador la sensación que hayamos plasmado anteriormente en el guion.

El arte, por tanto, está a la orden del día en cualquier medio audiovisual, tanto en cine como en publicidad, y esto es debido a la fuerza que puede llegar a transmitir una obra de arte que, con anterioridad, ha generado un gran impacto social.


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