1963
La palabra toma relevancia desde el principio de los tiempos. Lejos quedan aquellos años donde sucios y peludos cavernícolas vagaban solos con las dos únicas opciones de cazar o ser cazado. Ya entonces ellos mismos se quisieron dar cuenta de la necesidad de comunicarse con sus compañeros de travesuras mediante sonidos, gestos o pinturas grabadas en piedra.
Este periodo de avance y evolución tanto a nivel social como de conocimiento nos permitió la expansión del territorio y la creación de sociedades bastante más evolucionadas que las de pegar un palo a una piedra y correr detrás de animales (o delante).
Llegaremos, pues, a la antigua Grecia, época de pensadores y democracia, donde nos encontraremos con Πλάτων, también conocido como Platón (427-347 a. C).
Gracias a este filósofo griego, fiel seguidor de Sócrates (470 a.C. - id., 399 a.C), otro grande, comenzaremos a plantearnos teóricamente la importancia de la palabra, porque, si bien es cierto que ya tenía un uso bastante extendido, no es hasta el momento en el que alguien nos explica su importancia cuando nos damos cuenta de lo mucho que nos ayuda a avanzar en nuestras vidas.
La palabra será, pues, de suma importancia en el desarrollo sensorial, ya que será el camino que optemos para alcanzar el conocimiento de las ideas, las cuales son universales, únicas y existen fuera de los límites del tiempo y el espacio lo cual permitirá ser percibidas por la entidad más pura e innata del ser, el alma.
Con esta definición ya empezamos a intuir la profundidad que podría tener la palabra en el ser humano y, por supuesto, el valor y el beneficio que éste la va a sacar. Porque quien posee la palabra, posee la verdad y en tanto sepa usarla como es debido será capaz de alentar a las masas y controlarlas.
Es entonces cuando llegamos a la actualidad, tras unas elipsis temporales que espero no pasen desapercibidas (véase aquí), para llegar al asunto que nos atañe.
Porque si hemos logrado entender que la palabra es el conocimiento y el conocimiento es poder, <<poder que legitima a las palabras y a quien las pronuncia>> como dijo Pierre Bourdieu (1930-2002), conseguiremos entender la importancia que tiene el reciente anuncio, desde los Estados Unidos de América, por parte de su flamante presidente Donald Trump (1946 - ¿?), en el que aparecerán desclasificados miles de documentos que arrojaran luz sobre el asesinato del trigésimo quinto presidente de los EE.UU, John Fitzgerald Kennedy (1917 - 1963).
Hablamos ahora de palabras mayores. Uno de los asesinatos sin resolver más misteriosos de la historia de América, miles de teorías "conspiranoides" sobre los sucesos de aquella trágica tarde de 1963 en Dallas se verán salpicadas por la información que nos aporten estos nuevos documentos desclasificados llenos de palabras, palabras que tendrán un increíble poder histórico y social.
¿Que nos encontraremos en estos documentos?
Viajes, reuniones, fotografías, grabaciones...
¿Actuó Lee Harvey Oswald solo? ¿Fué realmente él el actor del tiroteo?
Lo que está claro es que la incertidumbre se ha creado. Donald Trump ha abierto la boca, una vez más, y el mundo ha quedado expectante ante el poder de sus palabras.